¿A quién no le gustan los 80? Supongo que a mucha gente, pero yo no me encuentro entre ellos, la verdad. En mi caso tengo excusa, nací en 1984 así que gran parte de mis películas favoritas de la infancia fueron producidas en esa época. No me pasa tanto con la música, pues el desarrollo musical es una característica más adolescente, y mi adolescencia llegó en pleno 1996, cuando yo tenía 12 años y las Spice Girls sacaban su primer disco. En cualquier caso, sobre todo a través de esas películas de los ochenta que probablemente estaban dirigidas a gente algo mayor que yo, es cierto que también adquirí cierto gusto por bandas como A-ha o Bon Jovi. Películas como Breakfast Club o Lost Boys, que incorporaban en su banda sonora música que los adolescentes que las protagonizaban podían escuchar perfectamente. Hasta aquí todo bien. Los personajes de las películas de los 80 escuchaban música de los 80, veían cine de los ochenta y, en definitiva, vivían en los 80. El problema viene cuando, 30 y 40 años después, los adolescentes de las películas parecen seguir estancados en esa época.
Quizá no pasa siempre, pero he notado que pasa bastante. Es cierto que no suelen ser todos los personajes, como sí que pasaba en el cine de esa década, suele ser cosa sólo de los protagonistas y creo, o al menos esa es la impresión que me da, que es la forma en la que tienen de hacernos entender que, dentro de un instituto lleno de gente simplona y superficial, esta persona en la que están centrando su historia es especial. Ellos no escuchan lo que sea que escuchan los jóvenes de ahora, no, ellos escuchan Billy Joel y ven películas de John Hughes. La verdad es que a mí me hace un poco de gracia, no lo voy a negar. Sobre todo cuando lo comparas con un género totalmente distinto, pero que ha sufrido de un estancamiento similar: la ciencia ficción.
Las películas y series de ciencia ficción normalmente tienen lugar décadas, cuando no siglos, en el futuro. Vale, entiendo que inventarse de la nada 200 o 300 años de cultura popular no debe ser tarea fácil, así que entiendo que tiren de “clásicos”, lo que pasa es que dichos clásicos nunca es Katy Perry o La La Land, no, siempre son cosas o bien de los 80, o bien anteriores. Claro, cuando esto pasaba en Star Trek: TNG tenía sentido, estaban en los 80, pero es que los años pasan, pero sus referencias no se actualizan. Ese capitán de nave espacial con aires de rebeldía escucha Journey, porque es lo que el guionista o el director consideran guay, no como la música esa de mierda que escuchan los chavales de ahora.
En definitiva creo que eso es lo que pasa, que los adultos de ahora, los que hacen las películas y series de ahora, sean de adolescentes o sean de ciencia ficción, están bastante más desconectados con la cultura popular de ahora de lo que estaban sus predecesores. En el caso de la ciencia ficción el resultado es algo estrambótico, porque ves a personajes en el año 2400 llamando clásico a cosas que nosotros mismos llamamos clásico. En el caso de las películas para adolescentes, y subrayo el para, es triste, porque sí, habrá adolescentes actuales que se sientan más originales escuchando música y viendo películas de los ochenta, pero la gran mayoría, incluso adolescentes que podrían perfectamente protagonizar su propia película, lo más probable es que escuchen Lana del Rey, Billie Eilish o Harry Styles.